Metrópolis Shopping, Centro Sambil, y los que más recientemente abrieron sus puertas, Centro Cristal y Via Veneto, son los centros comerciales más grandes de nuestra ciudad, más no obstante, otros malls reciben igual número de visitantes diariamente en busca de esparcimiento, comodidad y, sobre todo, buenos precios. La Gran Valencia está plagada de centros comerciales que cada vez reciben más y más visitas.
Aquellos en los que pueden encontrarse grandes cadenas de tiendas como La Granja, el Espacio la Ceiba, y otros que luego de muchos años, aún ofrecen al visitante cantidades de establecimientos como el Multicentro El Viñedo, el Shopping Center, Mediterranean Plaza, Caribbean mall, La Galería y Metro Plaza en San Diego, no han perdido atractivo para las personas que buscan comprar en un sitio seguro, cómodo y variado.
No importa el centro comercial de su preferencia, ni el día de la semana que usted decida visitarlo, probablemente lo encuentre lleno de gente y, si va en vehículo particular, casi seguro tendrá que darle un par de vueltas al estacionamiento antes de conseguir un buen puesto.
Alejandra Medina, gerente de mercadeo del Metrópolis Shopping, asegura que dicho mall recibe aproximadamente 35 mil visitas diarias; cifra que aumenta considerablemente los fines de semana, llegando casi a las 50 mil personas que se acercan a este mall.
Las razones por las cuales estos grandes establecimientos se colman de gente es, según Medina, que en los centros comerciales “encuentras de todo (…) y te brinda la seguridad que no te brindan zonas como la avenida Bolivar” u otras áreas comerciales de la ciudad.
Por su parte, Mellina Pompetti, quien es coordinadora de mercadeo del Centro Sambil Valencia, confirma cifras de más de 17 mil personas diarias, promediadas según el reporte de estacionamiento que contabilizó la entrada de 2.105.935 vehículos al centro comercial durante 2007.
Del mismo modo, Pompetti mantuvo que en el Centro Sambil “tratamos de llamar más que todo al público infantil porque ese es el futuro de los centros comerciales”. Es por esto que cada fin de semana se ofrecen actividades recreativas en los espacios del mall para este sector de la población, de forma tal que les sirva de esparcimiento mientras los adultos se dedican a hacer compras o diligencias bancarias.
Probablemente no se trata tan sólo de la variedad de tiendas, de la cantidad de servicios que se ofrecen o de los cómodos horarios que permiten, entre muchas otras cosas, visitar un banco hasta las 9:00 de la noche, sino también de la posibilidad de socializar en estos espacios que en algunos casos han integrado incluso bares y locales nocturnos.
Los cines representan otro gran atractivo de los centros comerciales y, aquellos que cuentan con salas en sus espacios, mantienen miles de visitas diarias ya que, la cadena de Cines Unidos; hasta los momentos única en la ciudad de Valencia, mantiene ofertas y promociones en las entradas durante todos los días de la semana para personas de cualquier edad.
En Venezuela, Cines Unidos reúne 140 pantallas que reciben aproximadamente 14 millones de espectadores al año y 250 mil a la semana. Sin embargo, estas cifras fueron proporcionadas por cines unidos en 2003; contando con que las salas se encuentran dentro de los centros comerciales, estas cifras seguramente han aumentado considerablemente estos últimos años.
Las opciones son variadas. Cada visitante elige.
Durante los últimos años se han visto incrementadas, sobre todo en las principales ciudades del país, las visitas regulares a los grandes centros comerciales por parte de personas de diferentes edades y estratos sociales.
Solo basta con acercarse a alguno de los concurridos malls de la ciudad y percatarse que, sin importar la hora, el día ni la fecha, los estacionamientos se encuentran colmados y los espacios comerciales no dejan de estar repletos de gente, ya sea comprando o dando vueltas de tienda en tienda.
Según un estudio presentado en octubre de 2007 por DATANÁLISiS para la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, Comerciantes y Afines (CAVECECO), 85% de la población urbana venezolana visita, al menos cada 15 días, los centros comerciales.
Las personas de los estratos sociales más altos, con edades comprendidas entre los 18 y 24 años, son quienes asisten con mayor frecuencia a los centros comerciales. Resulta interesante comparar con años anteriores, cuando las personas de entre 25 y 49 años, eran quienes visitaban mayormente los malls de la ciudad.
En promedio, según este estudio, cada venezolano que recurre a un mall, lo recorre durante 2 y 3 horas viéndose reducido, en relación a años anteriores, el porcentaje de personas que solo van a pasear sin consumir, si quiera un refrigerio, en los centros comerciales.
En cuanto al consumo, 54% afirmó hacer compras variadas entre las cuales destacan ropa y calzado, 34% consume comida y solo 16% utiliza estas horas para sus diligencias bancarias. Es así como el gasto del venezolano promedio, cada vez que visita un centro comercial es de 126.160 bolívares o 126,16 Bs.F. Aún así, las compras en locales comerciales ubicados en calles o bulevares, siguen abarcando 37% de las compras de los estratos sociales más altos.
Actualmente, según cifras de CAVECECO, hay 400 malls en el territorio nacional que suman un centro comercial por cada 65 mil habitantes, y se espera reunir cifras de un mall por cada 35 mil habitantes para los años venideros. Esta última cifra indicará la estabilidad del mercado comercial venezolano que, desde hace algunos años, producto de la inseguridad y la falta de confianza por parte de los comerciantes, había venido en decaimiento.
Es así como los malls se han convertido en un factor determinante para dar mayor fuerza a la economía venezolana, ya que le ofrecen a los establecimientos la seguridad, el fácil acceso y la comodidad que no consiguen en otros locales comerciales ubicados en la calle, y de esta forma, los comerciantes se sienten más confiados al invertir.
Incluso, personas que no están vinculadas al comercio, han adquirido franquicias, nacionales o extranjeras, de comida, ropa, calzado y hasta farmacias, como una forma de generar dinero sin necesidad de descuidar su verdadero oficio, ni dedicarle la totalidad del tiempo a un local atendido por uno o varios empleados.